Las parejas de enamorados que no tengan divergencias en tal o cual cuestión simplemente no existen. Para algunos las broncas son un estímulo para mantener relaciones duraderas, es decir una prueba de amor y fidelidad. Otros opinan que el amor verdadero no exige ningún estímulo. Sea como sea, entre las divergencias y una auténtica guerra existe una diferencia esencial. Para que la bronca no se convierta en una lucha sangrienta, es imprescindible aprender a resolver los conflictos de manera pacífica.

Conflicto 1. Una petición incumplida
Las broncas a nivel doméstico son las más frecuentes en las parejas que viven juntas. A menudo la petición de la mujer de lavar la vajilla, comprar un regalo a los padres, dar de comer a las mascotas queda sin cumplir. De ahí empiezan las acusaciones de insensibilidad y falta de atención que van seguidas de humillaciones e insultos personales. ¿Cómo llegar a un acuerdo en una situación así? En primer lugar, hace falta deshacerse del tono demandante. Si te pones a hablar con tu pareja en un tono brusco, es normal que su primera reacción será contestarte de la misma manera. Sería más inteligente decirle la verdad, confesarle que te ha ofendido mucho, pero sin gritar ni tener ataques de histeria.

Conflicto 2. La rabia acumulada
Las broncas también pueden surgir por culpa de personas ajenas. Durante todo el día el hombre intenta controlarse, frenar su genio y por la tarde a menudo descarga la cólera sobre sus familiares. Si cada día pasa lo mismo, los conflictos nunca van a terminar. No merece la pena enfadarse con la pareja en este caso, es necesario darle tiempo para tranquilizarse. La mejor opción para reconciliarse sería intentar distraerle dirigiendo su atención hacia sus hobbies, por ejemplo.

Conflicto 3. La otra mujer
Los celos son una de las razones más frecuentes para generar conflictos. Muchas mujeres  identifican automáticamente los celos con la infidelidad. Si a tu pareja le apetece ir a una fiesta solo, no  significa que está pensando en serte infiel. Los hombres cuyas parejas tienen celos sin fundamento, a veces se ven obligados a ser infieles. Los hombres suelen ser refractarios cuando les presionan. Las escenas de llantos e histeria no tienen ningún sentido, pues el hombre igual se saldrá con la suya.

Conflicto 4. Ataques a la familia
A los hombres les hace mucho daño cuando alguien está insultando o ofendiendo a sus familiares.  Las mujeres suelen empezar enumerando las malas costumbres propias de su familia, pasando a su sistema de valores. El respeto hacia la familia de la pareja en cualquier caso es necesario.

Conflicto 5. Viejos pecados
A veces las mujeres se ponen a recordar  viejos agravios y ofensas a pesar de que su pareja últimamente no le haya fallado en nada. Existe una expresión muy sugerente en este caso: “los viejos pecados tienen largas sombras”. Si sigues guardando rencor hacia tu pareja, no importa cual era su motivo, tenéis que aclarar la situación lo más pronto posible. El resentimiento nunca os dejará vivir tranquilos.

Conflicto 6. El riesgo de separación
En los primeros 3 años las parejas suelen pelearse mucho lo que puede acabar con la promesa de separarse. Por lo general, es una simple manera de desahogarse. Pero de todos modos no se debe tentar la suerte, es mejor reconciliarse a tiempo. Tarde o temprano alguien de la pareja se cansará de constantes acusaciones, caprichos, de una actitud provocadora, etc.

Conflicto 7.  Los celos masculinos
Los celos masculinos pueden agradar, pero a veces desencadenan escándalos muy serios. Las mujeres a menudo provocan celos en sus parejas para escuchar piropos o declaraciones de amor. Pero en vez de eso pueden oír amenazas. En este caso la culpa la tiene la misma mujer, pues antes de provocar celos es necesario pensar si de verdad merece la pena hacerlo.

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