La mayoría de los hombres de vez en cuando se sienten incómodos en su propia casa. No  consiguen encontrar sus cosas y piensan que sus mujeres se están burlando de ellos. Es muy frecuente que acusen a sus parejas de esconderlo todo siempre en los armarios o en los lugares donde es imposible encontrar nada.

Los descuidos de los hombres están estrechamente ligados con las particularidades biológicas de su vista. Su vista periférica, por extraño que sea, es menor que la de las mujeres. Su cerebro les proporciona sólo una estrecha visión de túnel (los hombres sólo pueden ver delante suyo y a lo lejos) mientras que las mujeres pueden ver el sector de 45 a 180 grados (una vista periférica efectiva), lo que les permite ver las cosas que están a la derecha, a la izquierda, arriba y abajo. Por eso, seguramente, muchos hombres quedan pasmados por la capacidad de la vista femenina y a menudo exclaman que las mujeres tienen ojos en la nuca.

Al poseer un sector tan amplio del campo visual, una mujer puede abarcar con la vista un espacio más amplio que un hombre sin mover la cabeza. Los hombres, a su vez, mueven la cabeza de derecha a  izquierda, escaneando lo que les rodea para encontrar lo que buscan.

Los hombres necesitan ver el objetivo y procurar no dejarlo escapar, por lo tanto su mirada generalmente está concentrada en una sola dirección. Sus ojos parecen prismáticos, pues pueden ver a una distancia larga. Es asombroso que la vista masculina haya evolucionado tanto que puedan ver sólo en proporciones limitadas para que nada les distraiga de su objetivo. Una prueba de esto es cualquier hombre conduciendo. Por mucho que te esfuerces agitando tu mano al borde del camino, pocos hombres te harán caso ya que tienen un objetivo firme que es su camino, ya que están conduciendo y tienen que llegar a un punto determinado. Tampoco logran encontrar nada en el armario, por eso siempre tienen que avisar a sus mujeres.

Los ojos de los hombres se cansan más rápido leyendo una revista o trabajando en el ordenador, pues no están preparados para mirar lejos. Los ojos de las mujeres son más propensos para trabajar con los pequeños detalles.

Antes se consideraba que los hombres examinan más a las mujeres que al revés. Pero en realidad las mujeres suelen miran a los hombres lo mismo, pero consiguen captar más detalles gracias a su vista periférica.

Por lo tanto es muy importante tener en cuenta esta particularidad de la vista masculina y ser más pacientes con ellos.

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